viernes, 7 de mayo de 2010


Desde que nació, Espartaco (Kirk Douglas) ha sido siempre un esclavo, ha viajado de una parte a otra pero sin poder dejar atrás su falta de libertad. Ha pasado por un cantera de piedras hasta la escuela de gladiadores dirigida por Batiato(Peter Ustinov). Un ser despreciable, mezquino comerciante de carne humana, para quien la vida de los demás sólo vale una cantidad de monedas. Comprador y vendedor de esclavos, tiene influencias en toda Roma. Y desde el primer momento se fija en Espartaco, como una fuente de ganancias. Lo que pasa es que el carácter rebelde de este, quien no se deja tratar como un animal, es fuente inagotable de problemas para todos.


En la escuela de la muerte, Espartaco se siente profundamente atraído por Varinia (Jean Simmons) una esclava de gran belleza, obligada a ejercer de prostituta entre los gladiadores.
Las continuas vejaciones a las que son sometidos los esclavos, no hacen más que calentar el ambiente, hasta límites insospechados, y será con la visita de Craso (Laurence Olivier) y sus acompañantes, ávidos de sangre en exhibiciones de los gladiadores cuando se levanten estos contra sus destinos y se subordinen contra el poder establecido. Poco a poco van formando un ejército de hombre y mujeres con ganas de rebelarse contra sus destinos, aposentándose a las laderas del Vesubio, mientras Espartaco y sus más fieles seguidores, entre los que se encuentra Antonino (Tony Curtis), un poeta que consigue escapar de Craso,piensan en el destino de toda esta gente.


Roma se debe de movilizar contra los esclavos sedientos de libertad, que sueñan con volver como hombres libres a sus tierras de origen . El senado de la ciudad, donde se suceden las luchas por el poder, sabe del peligro de que estas ideas lleguen a todos los esclavos del imperio y es consciente del que el numero de ellos crece conformen avanzan los días.


El senado , liderado por Graco (Charles Laughton), enemigo natural de Craso (Laurence Oliver)intenta poner solución al tema enviando sus ejércitos contra este inesperado enemigo, aunque al principio menosprecia el poder de los hombres liderados por Espartaco, pronto se darán cuenta de la gravedad del asunto al aumentar las bajas entre sus hombres.
Los engaños, la mentira, y el no poder fiarse de nadie, afectarán a los dos ejércitos en esta desgarradora historia.


Stanley Kubrick refleja de una manera explicita en apenas los primeros 45 minutos del film, la gran variedad de sentimientos que va a mostrar a lo largo de los 188 minutos: El odio, el amor, la envidia, la esperanza, la mezquindad, la añoranza, la avaricia se mezclan por todas partes. Todo lo que el hombres es capaz de sacar de si mismo, lo bueno y lo malo es igual en todas las épocas y Kubrik nos convence de ello. Hombres que se revelan ante su humillante presente y negro futuro y luchan por cambiarlo, es una argumento que resiste al paso de los años. Historias de amor surgidas en condiciones imposibles.


Stanley construyo una epopeya de amor y libertad, se atrevión con temas como impensables para aquella época y contó con la ayuda de actuaciones magistrales por parte de unos grandísimos actores cuyo cache hoy en día en una misma películas sería impagable.

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